Afectación de la economía colombiana por la situación actual del petróleo.
En el marco de la crisis mundial los miembros de la OPEP+ barajaban, hace un par de semanas, la posibilidad de reducir significativamente la producción de petróleo, esto motivado a la increíble bajada en la demanda del hidrocarburo y sus derivados en consecuencia del coronavirus. La disminución en la producción traería consigo equilibro en la relación oferta-demanda, lo que les permitiría a los países exportadores mantener sus precios por barriles estables mientras pasaba la delicada situación económica. Sin embargo, Rusia (representante principal de la OPEP+), en desacuerdo a esa alternativa y muy por el contrario decidió aumentar la producción, lo que provocó un ataque de la misma naturaleza por parte de Arabia Saudita (miembro líder de la OPEP), iniciando así una “guerra” petrolera entre las naciones y dinamitando el precio del crudo hasta sus históricos más bajos (al cierre de la semana pasada la referencia Brent estaba por debajo de los US$35).
Esta situación provoco sorpresa de manera negativa en los mercados, ya que ante el momento crítico económico que pasa el mundo, nadie se esperaba una sobre oferta que debilitara de forma persistente los precios. Es por esto que se vislumbran graves consecuencias para países que no participan en esta guerra, pero sin embargo el petróleo significa fuente importante de sus ingresos, como es el caso de Colombia.
¿Cómo afecta esto a la economía colombiana?
La cotización del petróleo es una de las variables de mayor incidencia para nuestra economía, ya que las exportaciones del crudo significan el 40% de la venta externa, es decir, la mayor fuente de divisas e ingresos de Colombia.
La conjunción de dos momentos críticos que afectan la demanda y la oferta del petróleo, se antoja bastante grave, por un lado, la propagación del coronavirus alrededor del mundo lo que ha disminuido los procesos productivos de todos los países lo que conlleva una caída del consumo de combustible. Por otra parte, el conflicto mencionado anteriormente que busca debilitar los otros productores para condicionar el cumplimiento de las medidas que tome la organización para el futuro.
El crecimiento económico podría estancarse por la variación del PIB para este año, podría ser inferior a lo esperado (3.3% anual), debido al menor crecimiento del sector minero-energético. Por otro lado, los precios al consumidor aumentarían de por encima de lo contemplado, dicho de otra forma, estaríamos viendo aumentos en la inflación no previstos para este año en curso.
Lo anterior produce inevitablemente una devaluación en la moneda local que ya estamos sufriendo actualmente alcanzando la taza de cambio USDCOP su máximo histórico, por los momentos superando los $3.900. la cotización del crudo es un factor determinante en la taza de cambio, ya que cuando se encuentra alta la moneda se fortalece, por el contrario, a menor cotización el peso colombiano ve mermado su valor.
La crítica situación global también ha propiciado en todo el mundo un comportamiento de riego 0 en el mercado accionario, dejando completamente de lado las inversiones con algún índice de volatilidad y yéndose por las acciones mas seguras de menor rentabilidad. Esto no solo se traduce en la baja de acciones en innumerables empresas afectando su economía, sino que también, un deterioro en los ingresos de aquellos accionistas que deben echar para atrás sus altas rentabilidades por algo que les proporcione mayor seguridad en los momentos de incertidumbre total que estamos viviendo.
Se espera que la respuesta del Banco de la República sea cautelosa, se espera modificación de la tase repo e incrementos en el tipo de intervención. En otra entrada de nuestro portal hablamos sobre algunas medidas que esta tomando el emisor ante la situación, te invitamos a leerla también. Mientras quedamos a la espera de las siguientes medidas a tomar.
De cualquier modo, el futuro cercano de Colombia se observa nublado. Nuestra economía depende del crudo desde diferentes perspectivas, y por eso su volatilidad y sus desvalorizaciones representan un riesgo. La cotización a la baja sobre el mismo puede traer consigo menor crecimiento, depreciación cambiaria, presiones de precios y afectación sobre algunos sectores productivos; también puede complicar las decisiones de política monetaria, y eventualmente propiciar una reducción de la calificación crediticia. Por los momentos solo nos queda mantenernos pendientes de la evolución de la situación.
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